Un hotel no es un lugar donde dormir. Un hotel es un espacio liminal: un territorio en tierra de nadie. Un paréntesis. Un punto de fuga. Un refugio de viajeros, pero también de quienes buscan una pausa, un cambio de piel (¡seamos otros por un día!).
Cruzar una puerta giratoria, como quien se adentra en otro mundo. Pasos amortiguados por moquetas gruesas, miradas fugaces en el ascensor, tintinear de copas en un bar casi vacío…
Y en medio de esa atmósfera —entre la intimidad y el espectáculo— la gastronomía se convierte en rito. Comer en un hotel es rendirse a una experiencia completa
Hotel Tapa Tour nace de esa fascinación por los hoteles como lugares donde todo es posible. Incluso una ruta de tapas de autor servidas en escenarios de revista, sin códigos ni reservas.
10 años de alta cocina informal
Reivindicamos la tapa como emblema de nuestra identidad cultural y los hoteles como nuevos templos gastronómicos.